29 de abril de 2009

La importancia de ser visibles…


Fuera o no, he ahí el dilema. Año 2009 y aún es difícil para muchos salir del clóset, no es obligatorio, otros lo ven innecesario, no te hace más ni menos. Al final todos pertenecemos a una misma “comunidad” y ya que promovemos la diversidad no se puede ni debe excluir a nadie.

Pero… ¿qué pasa con el tema? ¿Ser visibles? Para algunos la sexualidad forma parte de su intimidad; de ahí concluyen que su orientación no se debe hacer pública. Para otros la sexualidad se vive en relación con otras personas y está influenciada por factores como la sociedad y la cultura.

Al formar parte de la socialización entonces la sexualidad se hace pública por lo tanto la persona tiene derecho a hacerse visible sin importar sexo, orientación o género. Y la importancia no sólo radica en ello sino que trae consigo hechos como el reconocimiento de derechos que no poseemos, el igual trato social y una mejor convivencia con una realidad que muchos no quieren reconocer.

Si en el mundo todo cambia, ¿por qué no permitir este hecho? ¿Por qué tener que reprimir y no vivir nuestra sexualidad como lo hace cualquier otra persona? Y aquí no cuenta el factor de nuestra propia libertad como ser humano y ciudadano de una nación. Una vez me dijeron que uno puede vivir su sexualidad plenamente si se lo propone, salir sin miedo y sin prestar interés a miradas o ataques verbales. Entiendo ello perfectamente pero todo está bien hasta el momento en que transgreden tu libertad y te prohiben ser en algunos lugares o en el peor de los casos los ataques se hacen físicos.

¿Y esto a qué se debe? A que la gente no concientiza que formamos parte de esta sociedad, que somos reales. Si bien es difícil encontrar una aceptación, al menos se debe crear un ambiente de respeto y libertad sobre nuestra forma de expresar, establecer medidas que nos lleven a la modificación de los patrones culturales que impiden una convivencia integral con los diferentes grupos que integran la sociedad. Si no salimos entonces no saben que existimos, creen que somos pocos pero si empiezan a ver su entorno con detenimiento; somos más de lo que parecemos (aunque suene a cliché).

Y aquí no se habla de comportamientos, nadie pide que lleves una marcada “conducta” homosexual según los estereotipos; uno es cómo es, no tiene que cambiar, su entorno no tiene que esperar cambios en él/ella. Es simplemente vivir, nadie me va a asegurar que teniendo una doble vida o una vida a escondidas está plenamente feliz; porque en el fondo siempre habrá una molestia al ver que otros pueden andar en las calles de la mano, bailar emparejados, besar o abrazar. ¿Acaso no es una ironía que siendo el amor tan puro y universal; algunos no podamos concebirla en su totalidad (con todo lo que trae consigo una relación)?

Por otro lado, no ser reconocidos nos niega la posibilidad de formar una familia, y si ésta se da como en el caso de algunas madres lesbianas; lo hacen a escondidas con el miedo a la discriminación (la cual es otra consecuencia más de la invisibilidad).

Para aquellos que no tienen miedo de mostrarse les crea conflictos laborales (y de otra índole) que muchas veces quedan impunes, se olvidan que también somos seres humanos y nos penan por nuestra orientación (por la cual no deberíamos ser condenados).

Sé que no es fácil para todos ya que vivimos en una sociedad que aún rige bajo la heteronormatividad, no te niegues a ejercer una identidad propia y no te obligues a actuar bajo determinados roles esperados socialmente.

Para aquellos que si podemos y tenemos todo el apoyo; mostremos al resto que sí se puede generar mayor comprensión, que estamos aquí y así ayudarlos a que también se hagan visibles. Es fundamental mencionar que debemos empezar por nosotros mismos y no andar clasificándonos en “mariposas” y “caletas”; sino todos unidos por un mismo fin. Búsquemos una mejor calidad de vida.